LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE JAIME I EL CONQUISTADOR
(LA SOLEDAD DEL REY)
por RAFAEL PÉREZ DELGADO
Reseña publicada en Instagram (@rafaperezdelgado)
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Espero que J. R. Barat sepa disculparme la licencia de comenzar la reseña de su libro de esta guisa. Hay cosas que no puedo evitar ni esforzándome. ¿Qué demonios ocurre con el pene del gran conquistador? ¿Será más alargada su sombra que la de su espada? La respuesta es: sí.
De hecho, el autor nos regala una colección de esposas, amantes e hijos legítimos y bastardos en sus primeras páginas que, si bien ayudaron a repoblar el reino de Aragón, también complicaron, y mucho, el difícil equilibrio político de sus siempre avariciosos nobles.
La obra del valenciano es una biografía novelada de Jaime I. Su estilo narrativo es sencillo, pulcro, con algún toque de lirismo y extraordinariamente didáctico. Tanto, que los gentilicios utilizados no son siempre los que corresponden con su época. Su intención no es otra que el lector poco familiarizado no se pierda en el farragoso mundo de villorrios y condados, aunque algunos como yo tengan la necesidad de aclararlo con el autor (que me atendió de mil amores).
El libro comienza con el «milagro» de la gestación de nuestro protagonista, ya que Pedro el Católico (padre de la criatura) sentía tanta aversión por María de Montpellier que hubo que organizarse toda una conspiración para la coyunda de los esposos.
Jaime vino al mundo en plena cruzada de los cátaros, donde la iglesia y el malvao Simón de Monfort (excepto para Sebastián Roa, cosa que agradezco) andaban a palos con los pueblos vasallos de su padre. Fue un estorbo para los intereses de las grandes familias, que intentaron asesinarlo una y otra vez, cuando sus nodrizas aún le cambiaban los pañales. Esta tensión con la nobleza la mantendrá el resto de su vida.
Muy importante el papel de Violante de Hungría por su extrema inteligencia, por su «facilidad» de traer varones al mundo y su firme convicción de que cada uno de ellos fuera dotado de un reino en herencia. Aragón partido en mil pedazos, gracias a la otra espada del rey. Mal asunto para los infantes, aunque esto es otra historia y debe ser contada en otro momento.
No faltan a la cita las conquistas de Mallorca y Valencia, las continuas rebeliones musulmanas, ni su difícil relación con la Santa Madre Iglesia, sus distintos Papas y demás comerciales de la cruz. Tampoco su difícil amistad con el reino de Castilla, donde el Sabio Alfonso, entonces infante, terco como una mula, casi origina una guerra por los límites de cada reino, aunque, finalmente, alcanzaron un acuerdo que no convenció a nadie, pero que sí trajo algo de paz.
Barat me conquista por su brevedad, rigor y dinamismo a la hora de narrar unos hechos ciertamente complejos, que él convierte en fáciles de entender. Aunque la narración discurre a la velocidad de un rayo, no le falta profundidad, que no es lo mismo que densidad.
Una novela perfecta para conocer a un personaje tan extraordinario como lleno de luces y sombras. La mejor novela que leído sobre Jaime I.