COMO TODOS USTEDES

Pascual García

profesor de Literatura y escritor

(Reseña aparecida en el Suplemento Ababol

del diario La Verdad, Murcia)

Hay en este libro una sabia combinación de hálito existencial, humanismo e ingenio expresivo que lo convierten en un ejemplo brillante de poesía; acaso porque las preocupaciones del hombre que escribe estos versos son, en el fondo, nuestras preocupaciones. Pero él tiene un as en la manga. Él puede transformar su fracaso como ser humano, sus más recónditas frustraciones, en este hermoso libro de poemas, en esta sucesión de hallazgos expresivos donde el humor y la inteligencia se dan continuamente la mano:

 

“A veces en la noche,

me despierta un confuso zureo de palabras”.

 

Quizás el secreto de la poesía resida precisamente en esta sabia fórmula expresiva, en la música que dicta las razones del poeta en la forma brillante y emotiva de sus versos:

 

“Se me escapan los versos de las manos

como astros apagándose en la noche”.

 

A Juan Ramón Barat se le nota el entusiasmo radical por la palabra, el rapto por el verbo que da forma a los fantasmas del poeta, y al fondo la voluntad consciente de jugar con el idioma, de extorsionar la lengua hasta extraer su último jugo:

 

“Seguramente soy

un hombre triste y gris,

como todos ustedes”.

 

La combinación del verso clásico y la dicción llana, el manejo diestro de la técnica y la voz cercana del sujeto poético hacen de esta obra un caso particular de poesía sin tiempo y ajena a las corrientes literarias actuales, pero sobre todo encontramos en los poemas del libro una confesión a pecho descubierto del hombre que ha escrito todas las palabras, una confesión que nos alude y nos incluye irremediablemente, porque nosotros también somos:

 

“Un triste personaje

que colecciona sombras”.

 

No cabe duda de que Juan Ramón Barat prosigue por el camino correcto de la poesía importante, ayudado por los instrumentos infalibles de un idioma que maneja muy bien y de la preocupación por el ser humano:

 

“Amar /

a, ante, bajo, cabe

el día que reparte a manos llenas

los panes y los peces de la luz”.