Entrevista a J. R. Barat, escritor de JAQUE AL EMPERADOR
Por YOLANDA PORTILLO MARÍN
“Lo más apasionante de contar historias es retratar el alma humana” (J. R. Barat)
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Juan Ramón Rabat, es un escritor de 62 años que ha dedicado su vida a la magia de darle sentido a las historias. Este novelista, enamorado de Sagunto y su historia, ha decidido sorprendernos con su cuarta novela histórica, Jaque al Emperador, una novela donde nos trasladamos a la primavera del año 1808, cuando las tropas de Napoleón invaden España. Ante la imposibilidad de hacer frente en campo abierto a un invasor tan poderoso, los españoles se ven obligados a poner en práctica la guerra de guerrillas. En poco tiempo el país entero se convierte en un inmenso campo de batalla. Uno de los soldados más destacados de la contienda es José Romeu, un hombre sencillo dotado de un valor y una inteligencia táctica excepcionales que, al mando de una partida de combatientes hostigados por la desesperación, logra poner en jaque a todo el ejército napoleónico y alcanzar la dignidad de mito. Tanto en esta como en sus otras tres novelas, Rabat nos sumerge en nuestra historia, este enamorado de los libros comenzó a gestarse con la lectura de tebeos y el ambiente de la escuela unitaria. Rabat descubrió que las palabras le servían también para expresar todo lo que sentía, pensaba o deseaba. Hoy Juan Ramón, nos acompaña para presentarnos su última gran novela Jaque al Emperador.
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Su andadura literaria comenzó con poesía, siguió con la literatura juvenil y ahora, Jaque al Emperador, su cuarta novela, más dirigida a adultos y de género histórico, ¿no es así?, ¿cómo se consigue trabajar en géneros tan diferentes y conseguir el éxito en todos ellos?
– La historia de la literatura está llena de autores que han cultivado varios géneros. Yo soy uno más. Novela, cuento, poesía, teatro, ensayo… Cada género literario te ofrece un sinfín de posibilidades expresivas maravillosas. ¿Por qué no aprovechar todos los recursos que el lenguaje pone a tu alcance en el formato que sea? Tal vez soy un aventurero y me gustan los desafíos. Lo del éxito es siempre relativo y no hay una receta infalible para escribir un best-seller. Lo único que puede hacer un escritor es tomárselo en serio, trabajar mucho y tratar de sacar siempre lo mejor de sí mismo.
¿Qué descubrimos en las páginas de Jaque al Emperador?
– He tratado de reconstruir la Guerra de la Independencia española contra las tropas de Napoleón. Seis años de guerra incruenta contra un invasor todopoderoso, que entró en nuestro país a bayoneta calada para saquear todo lo saqueable. La novela se vertebra en torno a la figura de José Romeu, un hombre nacido en Sagunto y que protagonizó algunas de las páginas más notables de dicha contienda.
José Romeu, el protagonista de Jaque al Emperador, es un héroe popular de Sagunto, injustamente tratado y olvidado en la mayoría de los manuales de Historia.
¿Por qué fija su atención usted en este personaje?
– José Romeu ha sido, en efecto, un hombre injustamente tratado por los manuales. Su figura es clave para entender una época decisiva en nuestro pasado. No solo me fascina su trayectoria militar o política, sino su fuerte personalidad y los valores que encarnaba: amor, lealtad, honor, sentido de la justicia… Editoriales, enciclopedias y organismos mediáticos suelen focalizar la historia en Madrid o en Barcelona. A menudo olvidamos que la periferia existe. La Guerra de la Independencia también tuvo lugar en Galicia, en el País Vasco, en Extremadura, en Navarra… José Romeu es el héroe antinapoleónico por excelencia en todo el Mediterráneo. Había que reivindicarlo por decencia histórica.
¿Qué le une a usted con Sagunto?
– Nací en un pueblecito de L´Horta Nord: Borbotó. Es tan pequeño que mucha gente no lo conoce. En realidad es una pedanía de Valencia. Mis raíces están en esta parte geográfica de la región levantina. Mi familia tiene una casita en Canet de Berenguer, y todos los años suelo pasar varias semanas entre Canet, el Almardá y el Puerto de Sagunto. Los vínculos que tengo con Sagunto son geográficos y emocionales.
¿Por qué debemos leer Jaque al Emperador?
– La novela es un retrato de época. Conoceremos cómo era Sagunto a principios del siglo XIX. Pero también conoceremos cómo eran Valencia, la región, los pueblos del interior de Castellón, la zona de Alicante… José Romeu viaja continuamente hacia el norte y hacia el sur, hacia el mar o hacia las montañas, recorriendo de cabo a rabo la geografía levantina. Sabremos por qué nos invadieron los franceses, qué pasó con Carlos IV, qué significó la figura de Fernando VII. Podremos hacernos una idea bastante exacta de cómo se vivía en aquella época, qué consecuencias tuvo la guerra y, sobre todo, quién fue José Romeu.
Sus dos primeras novelas; 1707 y Jaime I el rey templario, están basadas en personajes históricos valencianos, al igual que Jaque al Emperador. ¿A qué se debe esa preferencia por la Historia en su trayectoria narrativa?
– El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Son palabras de un filósofo. Creo que tiene razón. Debemos saber de dónde venimos para saber quiénes somos y hacia dónde caminamos. Casualmente, las tres novelas citadas tienen como protagonistas a héroes valencianos: Basset, Jaime I y Romeu. Es cierto, pero también es cierto que la historia está llena de personajes increíbles sepultados por el polvo del olvido y que un escritor debe rescatar en sus novelas para que el pueblo conozca quiénes fueron sus héroes y sus villanos.
Imagino que la novela histórica es uno de los géneros más complicados de escribir porque requiere de mucha hemeroteca, ¿no es así?, ¿qué le hace a usted tener esta inquietud por este género literario?
– Buscar en archivos y hemerotecas te permite descubrir páginas de la historia que desconocías. ¿Cómo vivieron nuestros antepasados?, ¿Qué hicieron nuestros abuelos? ¿Qué pasó en la guerra de Cuba o en la de África, por ejemplo? Muchas veces, los datos que llegan a nosotros están tergiversados. A menudo, la historia se ha contado mal, por intereses políticos, religiosos o económicos… Un escritor tiene la obligación de buscar la verdad y contarla. En este sentido, la tarea del escritor se parece mucho a la de un detective histórico.
Usted ha ejercido la docencia durante muchos años. ¿Qué opina de la literatura como fuente de conocimiento, en concreto de conocimiento histórico?
– La literatura es, en efecto, una fuente de conocimiento. Cualquier novela es en el fondo una novela histórica, pues está inserta en una época y en un espacio geográfico, y retrata un modo de vida y un contexto social y cultural. Para el común de los mortales es más divertido leer una novela que una tesis doctoral sobre la época de Pericles, por ejemplo. Leer novelas ambientadas en el mundo grecolatino, en el antiguo Egipto o en la Edad Media, pongamos por caso, te permite saber cómo vivían y qué cosas hacían gentes de hace tres mil, dos mil o mil años. Y te permite saberlo de una manera lúdica.
Vivimos en la generación tecnológica, ¿cree que los adolescentes de hoy en día están perdiendo el maravilloso hábito de leer en papel?
– Los jóvenes de hoy tienen muchas alternativas. Leer un libro en formato de papel se está convirtiendo en una tarea rara. Hay formatos audiovisuales que compiten con el método tradicional. Pero esto no tiene que ser malo. Lo importante es leer y lo de menos es el formato. Los babilonios escribían sobre ladrillos de arcilla. Luego llegaron los pergaminos, que eran pieles de becerro. Después, los papiros, hojas de una planta que crecía junto al Nilo. Más tarde llegó el papel. Ahora disponemos de libros electrónicos… ¿Qué más da? Lo que importa, repito, es leer, sea como sea.
¿Qué es lo más apasionante de contar historias?
– Lo más apasionante de contar historias es retratar el alma humana. Las personas somos siempre las mismas. Todos nos enamoramos, sufrimos la muerte de seres queridos padecemos abusos e injusticias, nos ilusionamos, soñamos… En Jaque al Emperador he hecho un esfuerzo por recrear diversos personajes de todas los estratos sociales: ricos y pobres, generales y soldados, pastores y comerciantes, ancianos y niños… La sociedad de principios del siglo XIX está representada en este libro. Y he tratado de que cualquier lector se vea reflejado en estas vidas, en los sentimientos de los personajes, en las peripecias de unos hombres y mujeres que se vieron de pronto zarandeados por las inclemencias de una guerra terrible. Creo que la gente se anima a la lectura cuando se ve retratada y se identifica con los personajes. Espero conseguirlo con Jaque al Emperador.